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The Toyota Foundation

Achievement

Dr. Chika Watanabe

update:August 7, 2025

 


A special interview for the Toyota Foundation’s 50th year anniversary project

Aplicando lecciones aprendidas de los terremotos de Japón en Chile:
Colaboración Transnacional basada en juegos e historias de vida para promover la reducción del riesgo de desastres y la resiliencia en las comunidades.

トゥンベスいう港町

Entrevistadora: Michi Kaga, Toyota Fundation
Escritor: Naoto Okamura
Traductor de español: Boris Sáez


Los desastres ocurren cuando menos se esperan, es un aforismo común que se escucha tanto en Japón como en Chile. Este dicho no tuvo gran significado para la Dra. Chika Watanabe, antropóloga y profesora titular de la Universidad de Manchester, hasta cuando su propia familia vivió los dos más grandes terremotos en la historia reciente de Japón: el Terremoto de Kobe en 1995 y el Gran Terremoto del Este de Japón en 2011. Estas aleccionadoras experiencias, de cómo un gran desastre impacta de manera inmediata la vida de las personas, orientó su investigación académica hacia la reducción del riesgo de desastres (RRD) o BOSAI como se conoce en Japón.

Al otro lado del mundo, otro gran terremoto azotó la costa occidental en Chile el año 2010. El Sr. Boris Sáez Arévalo, funcionario de la Municipalidad de Talcahuano, experimentó en primera persona este terremoto y tsunami, y fue testigo de lo poco preparados que estaban la ciudad y el país. Tras el desastre, diferentes organizaciones internacionales como la Unión Europea (UE) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ofrecieron su apoyo para entregar asistencia tanto a funcionarios como residentes. Entre estas organizaciones, también estuvo La Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), la cual dedicó su trabajo hacia la Reducción del Riesgo de Desastre, un concepto completamente nuevo para el Sr. Sáez. Esta experiencia despertó su interés por aprender más sobre este enfoque, y le llevó a visitar Japón en cuatro ocasiones durante los siguientes años.

En una entrevista realizada en las oficinas de la Municipalidad de Talcahuano, la Dra. Watanabe y el Sr. Sáez compartieron sus experiencias de vida, su proyecto en Chile y sus esperanzas y sueños profesionales.

Details

渡辺氏とサエズ氏
Sr. Boris Sáez. Dra. Chika Watanabe.
Program
2018 Research Grant Program
Project Title
Programa de Becas de Investigación del año fiscal 2018: Transferencia de los valores del Bosai: Investigación del rol lúdico en la Cooperación frente a desastres entre Japón y Chile
Grant Number
D18-R-0022このリンクは別ウィンドウで開きます
Grant Period
May 2019 to April 2021
Abstract of Project Proposal
En el ámbito de la respuesta frente a desastres, compartir buenas prácticas se considera clave para mitigar los riesgos entre países. Japón y Chile son un buen ejemplo de cómo dos países han cooperado por décadas en la preparación frente a desastres. Este proyecto busca examinar cómo las ideas sobre reducción del riesgo de desastres (RRD) se transmiten desde Japón al contexto chileno a través de un enfoque lúdico. Esto incluye un tablero de juegos para niños y el intercambio de experiencias frente a desastres entre grupos intergeneracionales, los cuales pueden contribuir a reforzar la resiliencia comunitaria a partir de sus experiencias locales. De esta manera, el proyecto ilustra cómo diseñar e implementar proyectos eficaces de cooperación frente a desastres.

Su historia de vida: Una niña de la tercera cultura convertida en antropóloga

渡辺知花氏
Dra. Chika Watanabe

Aunque nació en Japón, la Dra. Watanabe pasó su infancia en España, donde aprendió el español. Tras regresar a su país natal a los 10 años, se matriculó en una escuela estadounidense y aprendió el inglés. El hecho de moverse desde pequeña entre las culturas japonesa, española y estadounidense la hizo sentir que no pertenecía a ninguna de ellas. “Siempre me ha interesado lo que significa pertenecer. ¿Qué significa tener una cultura?”, dijo. “Cuando fui a la universidad en Estados Unidos, aprendí antropología y me hizo mucho sentido”.

Al principio, se preguntó si debía dedicar su interés académico en la antropología o trabajar en el sector de las ONG. Primero ocupó un puesto en una ONG de emergencias en Japón y trabajó como responsable del Programa de ayuda tras el terremoto de Sri Lanka y Pakistán. Finalmente, decidió desarrollar su doctorado en la Universidad de Cornell. “Sólo la antropología podía responder a mis preguntas”, dijo.

Su primera investigación se centró en la ayuda japonesa a Myanmar. Hacia el final de esta investigación, un terremoto sin precedentes sacudió su país natal: El Gran Terremoto del Este de Japón.

El 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9.0, el más fuerte jamás registrado en Japón, azotó la costa noreste del país, provocando un tsunami gigantesco y una devastadora afectación en la central nuclear de Fukushima. “Cuando estaba en Myanmar, vi tantas imágenes [del tsunami], que no pude continuar con mi investigación. Así que regresé y ayudé. Me ofrecí como voluntaria en una ONG y colaboré en las tareas de socorro en Tohoku”, dijo. “Entonces, pensé que mi próximo proyecto, me gustaría hacerlo relacionado con los desastres”.

De hecho, se dio cuenta que miembros de su propia familia también sufrieron el impacto de este gran terremoto de Tohoku, así como también lo habían hecho en el terremoto de Kobe de 1995. Cuando se produjo el terremoto de 2011, sus padres vivían en la ciudad de Urayasu, un municipio construido sobre terrenos ganados al mar justo al lado de Tokio. Esto explica el daño sufrido por el efecto de la licuefacción producto de terremotos de gran escala.

“El terreno se onduló, lo que provocó la suspensión del suministro de gas y agua durante semanas. Podían usar el baño, eso era muy bueno, pero no había agua potable. Tenían que salir a buscar agua de los camiones municipales”. Dijo. Después de 2011, su madre comenzó a mejorar la preparación que ya venía haciendo en casa, abasteciéndose regularmente de agua y alimentos, así como asegurando todos sus muebles a la pared.

Es más, su abuela vivía sola en la ciudad de Kobe cuando un terremoto de magnitud 7.2 sacudió esta ciudad portuaria en la parte occidental del país en la madrugada del día 17 de enero de 1995. La Dra. Watanabe recuerda que su madre entró en pánico en aquel momento al no poder contactar a su abuela. “Las zonas afectadas por desastres no sólo está lejos. Nunca entendí eso. Hay algo personal y profesional en mi proyecto de investigación que me resulta realmente convincente, muy poderoso sobre el tema [de desastres]”. Dijo la Dra. Watanabe. “Me interesaba mucho saber cómo la preparación ante desastres forma parte de la vida cotidiana de las personas en Japón.

En 2016, participó en un programa de capacitación de Jica en Tokio. Allí conoció al Sr. Boris Sáez, quien más tarde se convertiría en su socio de proyecto en Chile. Él también estaba en Tokio en instancias de capitación. “Escuche que era chileno y pensé que quizás podría investigar sobre Japón y Chile ya que hablo español”, dijo. Durante el almuerzo, la Dra. Watanabe se acercó a él para presentarse. Posteriormente, lo visitó en Talcahuano por primera vez en abril de 2017.

Su historia de vida: Cómo se involucró en la reducción del riesgo de desastres

ボリス・サエズ氏
Sr. Boris Sáez

Por su parte, el Sr. Sáez comenzó trabajando como Ingeniero Civil en la Municipalidad de Talcahuano en 2007, tres años antes de que un terremoto de magnitud 8.8 azotará la costa centro-sur de Chile en 2010. A pesar de su historia de grandes terremotos, como el de 1835 y 1960, el país sudamericano no aprovechó plenamente las lecciones aprendidas de estas experiencias. “No estábamos preparados. Hubo un tsunami en Talcahuano”, dijo. “Todos fallaron, las autoridades, la comunidad y los colegios. Nos dimos cuenta cual era nuestra realidad”.

Esta experiencia lo hizo comprender que las personas se vuelven más vulnerables después de un desastre, lo que puede significar mayores riesgos en el futuro. “Todo desastre afecta la calidad de vida de las personas”, dijo el Sr. Sáez. También comprendió que, cuando ocurren desastres, las personas tienen la oportunidad de aprender de ellos. Si no se aprovechan, los desastres seguirán repitiéndose, afirmó.
 
Aunque en Santiago, la capital chilena, existía una Oficina de Emergencias que entregaba información y ayuda en caso de desastres, esta, solía limitarse a dar instrucciones sobre lo que las personas deben hacer en una emergencia. En 2010, por ejemplo, las autoridades no emitieron una alerta sobre el riesgo de tsunami y ordenaron a las personas que regresaran a sus casas, lo que tuvo como consecuencia la muerte de muchas de ellas. “Las comunidades no fueron consideradas en las políticas de reducción del riesgo de desastres”, Dijo el Sr. Sáez.

“No esperábamos que ocurriera un tsunami, aunque vivimos cerca del mar. No sabíamos cómo prevenirlo, mitigarlo o responder. La información necesaria no siempre está disponible para las comunidades cuando más la necesitan”.

Para enfrentar la escasa concientización sobre la preparación ante desastres en Chile, cree que la educación es esencial. En lugar de tratar de olvidar las malas experiencias vividas, considera importante educar a la gente sobre la preparación para reducir el riesgo de desastre futuro y aprender de las experiencias pasadas. “No olvidar es el primer paso para evitar un desastre”, dijo el Sr. Sáez.

En la capacitación de JICA en 2016, donde se conocieron el Sr. Sáez y la Dra. Watanabe, Plus Arts, una organización sin fines de lucro con sede en Kobe, presentó su propio bosai o iniciativas para la reducción del riesgo de desastres. Esta organización se fundó para conmemorar el décimo aniversario del terremoto de Kobe en 1995, con la misión de ayudar a las personas a aprender sobre la reducción del riesgo de desastres de una manera divertida y lúdica. Este enfoque le resultó especialmente atractivo al Sr. Sáez, ya que había centrado sus esfuerzos en la educación de niños como un elemento clave en la estrategia de preparación frente a desastres.

Con esta inspiración, decidió seguir el ejemplo de Plus Arts. La organización japonesa realiza diversas actividades lúdicas, como juegos de mesa o carrera de relevo con baldes con agua, para familiarizar a los niños y sus padres en cómo responder ante desastres. Se propuso realizar lo que la Dra. Watanabe llama “traducir” o aplicar este método de educación frente a desastres en el plan de intervención que desarrolla en Talcahuano.

Enseñando a los niños chilenos sobre la Reducción del Riesgo de Desastres

Para difundir la idea y aplicar la reducción de riesgo de desastres en Talcahuano, el Sr. Sáez se ha centrado especialmente en los niños. Esto se debe a que son más motivados, de mente abierta y les gusta asumir desafíos. Por ello, ha organizado talleres en los cuales utiliza juegos para transmitir el conocimiento a los niños. “No es una clase, es un juego, así se pueden motivar más. Si funciona para los niños, funciona para todos”, dijo.

Su objetivo es que los niños aprendan de forma lúdica sobre la reducción del riesgo de desastres y compartan este conocimiento con sus familias y amigos, convirtiéndose en promotores de la seguridad frente a desastres. “Los niños pueden ser buenos comunicadores, ellos pueden transmitir a sus familias cómo reducir el riesgo de desastres” dijo el Sr. Sáez.

Para ello, convocó a un grupo de directores y profesores de diferentes colegios, invitándolos a sumarse a esta iniciativa. El cree que la escuela es un lugar donde los niños pueden ser validados y reconocidos en sus capacidades dentro del entorno social de un ambiente local. “La escuela es un lugar seguro [para los niños]. Intento promoverlos y darle oportunidades para que aprendan sobre desastres. [Si ellos dicen] quiero aprender, este es tu lugar”, dijo.

Además, ha descubierto que desarrollar talleres sobre reducción del riesgo de desastres en los colegios, es un buen espacio de capacitación también para los profesores, quienes tienen la posibilidad de adquirir más habilidades y conocimientos acerca de la preparación frente a esta temática. Después de cada intervención, se entregan dos folletos iguales a los niños con el contenido desarrollado  en el taller: uno para el él y otro para que lo puedan compartir con sus personas significativas como familiares y amigos. En una encuesta que realizó, reveló que más del 80% de los participantes compartieron con otra persona el folleto y las enseñanzas adquiridas. “Todo empieza por entregar conocimiento sobre la amenaza, y luego aprender cómo prevenir, preparase y responder en caso de que ocurra un desastre, compartiendo y difundiendo el conocimiento a otros” dijo. “Más educación, es menos riesgo”.

ボードゲームは、タルカワノの地理や状況、経験に基づいて作られている

Contando historias de sobrevivientes para Reducir el Riesgo de Desastres

Otra actividad en la que se han centrado la Dra. Watanabe y el Sr. Sáez es la recopilación de relatos e historias de sobrevivientes de desastres en Talcahuano. En 2017, el equipo del Sr. Sáez realizó una exposición de fotos del terremoto de 2010, recibiendo por parte de los visitantes de la muestra el comentario que ellos tenían mejores fotos. Entonces, les pidieron sus fotos, y los desafiaron a contar en 100 palabras su historia. “El desastre ocurre cuando se olvida. Este es el mensaje sobre la importancia de no olvidar” dijo.

Desde entonces, la Dra. Watanabe, el Sr. Sáez y otros miembros del proyecto han comenzado a recopilar historias de sobrevivientes a desastres para incluirlas en el proyecto Voces de Resiliencia. Al inicio de la intervención, el Sr. Sáez detectó algunas dificultades. Se sintió decepcionado en sus primeras entrevistas. Al entrevistar a los sobrevivientes a desastres se les pidió que compartieran lecciones aprendidas de los terremotos de 1960 y 2010 en Chile, sin embargo, las respuestas obtenidas no fueron lo que se esperaba. Tras reflexionar sobre las experiencias que compartían estas personas, comprendió que eran una lección en si misma.  “Se trata de resiliencia para la vida, no solo frente a los desastres, se trata de superar los desafíos que presenta toda la experiencia de vida,” dijo.

La Dra. Watanabe y el Sr. Sáez también organizaron talleres intergeneracionales donde los niños escucharon las historias de personas mayores de Talcahuano y dibujaron lo que más le llamó la atención del relato de estas personas. Esto resultó ser una experiencia significativa para ambos grupos. Este intercambio contribuyó a que las personas mayores se volvieran a sentir importantes y los niños conectaron con los adultos compartiendo sus experiencias de perdidas significativas. Al interactuar con estas personas mayores, tuvieron la oportunidad de liberar sus emociones, las cuales normalmente estaban contenidas.

活動を通して作られた成果物

A través de estas actividades, la Dra. Watanabe y el Sr. Sáez han obtenido 4 productos:
1) Un tablero de juegos; 2) un libro ilustrado de historias de vida; 3) un comic; y 4) un documental. El tablero de juegos, basado en la geografía local, el contexto y las experiencias de Talcahuano, el libro ilustrado contiene un resumen de las historias y lecciones de vida de las personas mayores que sobrevivieron a los terremotos y tsunamis de 1960 y 2010, así como los principios de vida. El comic fue dibujado por los niños que participaron en un taller sobre desastres y que participan del taller de comic de la Municipalidad de Talcahuano. El comic está diseñado para comunicar conocimiento sobre la reducción del riesgo de desastres desde la perspectiva, el talento y la imaginación de los niños. Por último, un documental de 40 minutos transmite en primera persona, las historias de vida de personas mayores, sobrevivientes a desastres y transmite el valor de la resiliencia para la vida, capturando las actividades intergeneracionales realizadas en abril de 2022. El documental se puede ver aquí: https://youtu.be/Oa6GTnSAEhcこのリンクは別ウィンドウで開きます

Proyectos y sueños futuros

左からトヨタ財団の新出、加賀、ボリス氏、渡辺氏。

Este proyecto subvencionado, ha demostrado que los enfoques lúdicos son realmente eficaces para “traducir” los valores del bosai o la reducción del riesgo de desastres de Japón a Chile e integrar la preparación frente a desastres en la vida cotidiana de los residentes locales. Este método único, desarrollado por la ONG japonesa Plus Arts, para hacer del aprendizaje de los valores del bosai una experiencia divertida tanto para niños como para adultos, se está consolidando ahora en la comuna de Talcahuano. La Dra. Watanabe y el Sr. Sáez no se detienen ahí. Creen que aún queda mucho por hacer en la promoción del mensaje de la preparación ante desastres.

Por su parte, la Dra. Watanabe espera recibir más fondos para poder entrevistar a más personas mayores, además de los 12 que ya son parte del proyecto que conducía con el Sr. Sáez. “Sería estupendo contar con más representantes de diferentes sectores de la comunidad y realizar actividades similares con ellos, quizás también en diferentes partes de Chile”, dijo. “Así se podrían comparar diferentes contextos. Sería fantástico”.

Para ello, está buscando nuevas fuentes de financiamiento en 2025, lo que, según ella, le permitirá realizar más investigación etnográfica y comprender mejor la dinámica del parentesco en las familias chilenas. En algunas de las entrevistas realizadas en Talcahuano, fue testigo de que los padres solían estar ocupados, especialmente en familias vulnerables, y ni siquiera se podían permitir sentarse a comer con sus hijos o escucharlos y hacerles preguntas sobre lo acontecido en su día. “Boris y otras personas dicen que los niños pueden transmitir lecciones sobre la reducción del riesgo de desastre a sus familias. Pero para comprender eso, necesitamos comprender cómo se comunican los niños con otros miembros de sus familias, qué espacios tienen para comunicarse con sus padres”, afirmó la Dra. Watanabe. “Quiero comprender mejor el rol de los niños en la comunicación familiar. Profundizar en lo que hemos hecho aquí. Ese sería uno de mis sueños”.

Además, hay otro proyecto que le interesa; se trata de las repercusiones del envejecimiento de la sociedad y la despoblación de las iniciativas de reducción del riesgo de desastres en las comunidades locales. En Japón, por ejemplo, su población ha disminuido constantemente y la gente tiene menos hijos. Como resultado, se ha producido un fuerte aumento del número de hogares unipersonales. “¿Cómo se puede llevar a cabo una preparación comunitaria ante desastres cuando las familias son diferentes y hay cada vez menos personas?” Se preguntó.

Este reto demográfico no se limita a sociedades envejecidas como la japonesa. Es un problema que también enfrenta Chile, ya que el país cuenta con la tasa de fertilidad más baja de Latinoamérica. “Nadie habla de la despoblación como un problema porque la familia es muy importante en Chile”, afirmó. El tema de la reducción de riesgo de desastres que enfrenta ante el descenso poblacional es uno de los próximos proyectos en los que planea trabajar.

Por su parte, el Sr. Sáez espera que niños y profesores de Talcahuano, tengan la posibilidad de viajar a Japón y experimentar en primera persona como se desarrollan las actividades de preparación frente a desastres en Japón, tal como lo hizo él cuando asistió a las capacitaciones de Jica en la década del 2010. “Yo les hablo desde mi experiencia, pero (si ellos tienen la posibilidad de visitar Japón), pueden vivir su propia experiencia. Esto sería mejor, porque se inspirarían al estar en Japón”, dijo.

Además, tiene otro gran sueño, convertir a Talcahuano en la capital de la Resiliencia. El Sr. Sáez cree que Chile, no siempre ha estado bien preparado frente a los desastres que ha sufrido. Para cambiar eso, su idea a largo plazo es construir una instalación dedicada a la reducción del riesgo de desastres que sirva como espacio de memoria, y que promueva el experimentar, aprender, jugar, mostrar y enseñar. “Esta instalación podría considerar los testimonios de sobrevivientes a desastres”, dijo. “Transmitir el mensaje de resiliencia que se construye a partir de sus historias de vida”.

 Tras los resultados obtenidos del trabajo con la Dra. Watanabe y otros miembros del proyecto en la reducción del riesgo de desastres a través de enfoques lúdicos, el Sr. Sáez cree firmemente en el potencial de la comuna. “Talcahuano puede convertirse en la Capital de la Resiliencia” dijo, “¿Por qué no? Tenemos la experiencia, tenemos el conocimiento, tenemos a las personas”.

トゥンベスの浜辺
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